Trabajo en una empresa que no es para nada un ejemplo de gestión. Mucha multinacional Suiza, mucha planta, mucho perfil, pero en el momento en el que ves las entrañas... algo huele a podrido. Como somos, o intentamos ser, unos empleados comprometidos siempre andamos teniendo discusiones filosóficas de donde está el fallo. Posiblemente en muchas partes pero me quedo con una anecdota que surgió hoy.